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Baltasar Carlos de Austria

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Baltasar Carlos de Austria
Príncipe de Asturias, Gerona y Viana, duque de Montblanch, conde de Cervera y señor de Balaguer

Retrato del príncipe Baltasar Carlos (1645/46) por Juan Bautista Martínez del Mazo, (Museo del Prado de Madrid).
Ejercicio
7 de marzo de 1632-9 de octubre de 1646
Predecesor Felipe de Austria
Sucesor Felipe Próspero de Austria
Información personal
Nacimiento 17 de octubre de 1629
Madrid, Corona de Castilla, España
Fallecimiento 9 de octubre de 1646 (16 años)
Zaragoza, Corona de Aragón, España
Sepultura Panteón de Infantes del Monasterio de El Escorial
Familia
Casa real Casa de Austria
Padre Felipe IV
Madre Isabel de Francia

Baltasar Carlos de Austria (Madrid, 17 de octubre de 1629-Zaragoza, 9 de octubre de 1646) fue príncipe de Asturias, príncipe de Gerona, duque de Montblanch, conde de Cervera, señor de Balaguer, príncipe de Viana, y heredero universal de todos los reinos, Estados y señoríos de la Monarquía Hispánica hasta su muerte.

Biografía

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Hijo del rey Felipe IV de España y de su primera esposa Isabel de Francia. Fue bautizado el 4 de noviembre de 1629 en la madrileña Parroquia de San Juan.[Nota 1][1]​ Los padrinos fueron la infanta doña María, futura reina de Hungría, y el infante don Carlos, tíos del recién nacido, a quien llevó en brazos doña Inés de Zúñiga y Velasco, condesa de Olivares (esposa del conde-duque de Olivares), en una silla de cristal de roca, que se dice era la alhaja más preciosa que hasta entonces se hubiese visto.[2][3]

La propia condesa de Olivares, que también era Camarera mayor de la reina Isabel, ejerció como aya del príncipe,[4]​ lo que dio lugar a comentarios sobre el control que el conde-duque de Olivares ejercía sobre el heredero.

El 7 de marzo de 1632 fue jurado ante la nobleza y las Cortes de Castilla como «Heredero de su Majestad [y] Príncipe destos Reinos de Castilla y León, i los demás de esta Corona a ellos sujetos, unidos, e incorporados, i pertenecientes»[5]​ en una ceremonia que tuvo lugar en el monasterio de San Jerónimo el Real de Madrid.[6]

Pronto se iniciaron gestiones diplomáticas encaminadas a buscarle una futura esposa, siendo la elegida la archiduquesa Mariana de Austria, hija del emperador Fernando III y de su tía paterna, la infanta María Ana de Austria, y, por tanto, prima hermana suya, algo muy común ya, y demasiado extendido entre la rama austriaca y la española de los Habsburgo.[7]

Tras la revuelta catalana de 1640 Felipe IV trató de ganarse a los aragoneses para conseguir dinero y hombres para el nuevo frente de guerra. Una de las medidas adoptadas encaminadas a este fin fue traer al príncipe Baltasar Carlos para ser jurado como príncipe heredero del Reino de Aragón.[8]​ El juramento se realizó el 20 de agosto de 1645, cuando el príncipe contaba con dieciséis años de edad, en la Catedral del Salvador de Zaragoza.[9]​ Así Baltasar Carlos pasaba a ser príncipe de Gerona, gobernador General de Aragón, duque de Montblanch, conde de Cervera y señor de la ciudad de Balaguer.[10]​ Por su parte, el 13 de noviembre de ese mismo año, Baltasar Carlos fue jurado heredero por las Cortes de Valencia.[11]

En abril de 1646, deseoso Felipe IV de que su hijo fuese jurado heredero de la Corona por los navarros,[12]​ como el año anterior lo había sido por los aragoneses, se trasladó junto a éste desde Madrid a Pamplona, donde, después de reconocerse los fueros del reino navarro, se celebró solemnemente aquella ceremonia el día 3 de mayo.[13]

Muerte

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Finalizado el acto, la familia real se trasladó a Zaragoza. El 5 de octubre, víspera del segundo aniversario de la muerte de la reina Isabel de Borbón, Felipe IV y Baltasar Carlos asistieron a las vísperas y nocturno en su memoria. Aquella misma tarde el príncipe se sintió enfermo y al día siguiente, sábado 6 de octubre, tuvo que quedarse en cama mientras el rey acudía al funeral. La enfermedad, la viruela,[14]​ fue fulminante. Así, el martes 9 de octubre a las ocho de la mañana, el arzobispo de Zaragoza le administraba el viático. Se dice que el Santísimo se expuso hasta las tres de la tarde, cuando se hizo una procesión general al convento de Jesús, donde se había llevado a la Virgen de Cogullada y se la trajo procesionalmente al altar de La Seo donde se rodeó de velas y oraciones.[15]​ A las nueve de la noche de ese mismo día, murió el príncipe Baltasar Carlos. Sus restos permanecieron en Zaragoza hasta la noche del 16 de octubre,[16]​ cuando fueron trasladados al Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (el corazón se depositó en una hornacina del altar mayor de la Seo de Zaragoza).

Detalle del Príncipe Baltasar Carlos a caballo de Velázquez fechado en 1635 (Museo del Prado de Madrid).

Consecuencias de la muerte de Baltasar Carlos

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La muerte del príncipe dejó a la Monarquía sin un heredero varón directo lo que ocasionó una grave crisis dinástica (la única posible heredera que quedaba con vida era la infanta María Teresa[17]​) y sumió al rey en una profunda desazón como se observa en una carta escrita a su consejera espiritual, sor María de Ágreda:

"Las oraciones no movieron el ánimo de Nuestro Señor por la salud de mi hijo que goza de su gloria. No le debió de convenir a Él ni a nosotros otra cosa. Yo quedo en el estado que podéis juzgar, pues he perdido un solo hijo que tenía, tal que vos le visteis, que verdaderamente me alentaba mucho el verle en medio de todos mis cuidados [...] he ofrecido a Dios este golpe, que os confieso me tiene traspasado el corazón y en este estado que no sé si es sueño o verdad lo que pasa por mí."[18]

De esta carta se desprende el dolor y la desesperación de Felipe IV que, en apenas cinco años, había perdido a su hermano menor, el cardenal-infante don Fernando; a su mujer, Isabel de Borbón; y a su único hijo varón y heredero universal, el príncipe Baltasar Carlos.

Tras la muerte de Baltasar Carlos, Felipe IV estaba obligado a casarse de nuevo para dar continuidad a la dinastía. La elegida fue la prometida del fallecido príncipe y sobrina suya, en cuanto hija de su hermana María Ana, la archiduquesa Mariana de Austria.

Los discursos sobre la conveniencia de una u otra esposa para Felipe IV comenzaron desde la misma muerte de Baltasar Carlos, dada la urgencia que presentaba la cuestión sucesoria. Razones políticas y de Estado, así como físicas o naturales, y que podrían resumirse en el "capital dinástico" y en la madurez sexual,[19]​ determinaron que la nueva esposa del rey debía ser la joven archiduquesa, que por esas fechas contaba tan solo doce años de edad.

En enero de 1647 Felipe IV emitió un decreto con la resolución de casarse con la archiduquesa Mariana de Austria.[20]​ El matrimonio se celebró el 7 de octubre de 1649 en Navalcarnero, contando el novio cuarenta y cuatro años y la novia quince. De este matrimonio nacerían varios vástagos, de los que solo sobrevivirían la infanta Margarita Teresa, casada con el emperador Leopoldo I, y el futuro Carlos II.

Baltasar Carlos y las artes

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El príncipe Baltasar Carlos en el picadero de Diego Velázquez (1636-1637). Colección particular.

La figura del príncipe Baltasar Carlos ha perdurado en el tiempo gracias a los retratos que de él realizó Velázquez. Se pueden citar, por ejemplo: El príncipe Baltasar Carlos a caballo y El príncipe Baltasar Carlos cazador (ambos en el Museo del Prado), El príncipe Baltasar Carlos con un enano (Museo de Bellas Artes de Boston) y El príncipe Baltasar Carlos en el picadero (colección particular del duque de Westminster, Londres). También retrató a Baltasar Carlos el yerno y discípulo de Velázquez Juan Bautista Martínez del Mazo, del que el príncipe fue un gran protector;[21]​ de él son el Retrato del príncipe Baltasar Carlos del Museo de Bellas Artes de Budapest (fechado en 1635) y El príncipe Baltasar Carlos con 16 años (Museo del Prado), retrato que encabeza este artículo.

Baltasar Carlos se ejercitó desde temprana edad en la equitación, tal como lo refleja el citado retrato ecuestre pintado por Velázquez, y además manejaba armas de fuego con sorprendente pericia; los cronistas citan que en 1638, cuando no había cumplido los nueve años, abatió un jabalí en los montes de El Pardo y pocos meses después un toro durante unos festejos en el Palacio del Buen Retiro. Testimonio de ello es un curioso grabado alegórico, elaborado en 1642 por Cornelis Galle II.

Por otra parte, numerosos autores dedicaron sus obras al joven príncipe. Así, por ejemplo, Diego Saavedra Fajardo dirige a Baltasar Carlos su más famosa obra, Idea de un príncipe político cristiano representada en cien empresas (1640);[22]​ mientras Baltasar Gracián le dedica su obra El Discreto (1646):

EL DISCRETO / DE / LORENZO GRACIAN, / Que publica / DON VINCENCIO IVAN / DE LASTANOSA./ Y / LO DEDICA / AL / Serenissimo Señor, / DON BALTASAR CARLOS /Principe de las Españas. / Y / Del Nuevo Mundo. / Con licencia. /Impresso en Huesca, por Iuan / Nogues, Año 1646.[23]

Por su parte, Quevedo dedicó al malogrado príncipe su Jura del Serenísimo Príncipe don Baltasar Carlos,[24]​ incluido en la Musa Clío de la edición de 1648 de El Parnaso español, monte en dos cumbres, dividido con las nueve musas castellanas. El poema fue escrito con motivo de la jura del Príncipe Baltasar Carlos el 7 de marzo de 1632 y aunque parece inacabado, es un poema muy interesante por las circunstancias y técnica con la que está escrito.

Ancestros

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Predecesor:
Felipe de Austria
Príncipe de Asturias
1632 – 1646
Sucesor:
Felipe Próspero de Austria
Predecesor:
Felipe de Austria
Príncipe de Viana[25]
1632 – 1646
Sucesor:
Felipe Próspero de Austria
Predecesor:
Felipe de Austria
Príncipe de Gerona
1645 – 1646
Sucesor:
Felipe Próspero de Austria
Predecesor:
Felipe de Austria
Príncipe heredero de Portugal
1629 – 1640
Sucesor:
Teodosio de Braganza

Notas

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  1. De acuerdo con el ceremonial de corte español llevaron las insignias del bautismo distintos duques, en concreto, el duque de Guastalla, del Infantado, de Sessa, de Maqueda, de Medina de las Torres, los condestables de Castilla y el de Navarra.

Referencias

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  1. «"Segunda y más verdadera relacion del bautismo del Principe de España nuestro señor, Baltasar Carlos Domingo, con todos los nombres de los Caualleros, y titulos que yuan en el acompañamiento. Archivado desde el original el 21 de diciembre de 2014. Consultado el 9 de octubre de 2009. 
  2. Mendoza, Pedro Salazar de (1794). Origen de las dignidades seglares de Castilla y León: con relación sumaria de los reyes de estos reynos ..., con un resumen al fin de las mercedes que su majestad ha hecho de marqueses y condes desde el año de 1621 hasta fin del de 1656 .... en la oficina de don Benito Cano. Consultado el 27 de septiembre de 2019. 
  3. Torquemada, Gerónimo Gascón de (1991). Gaçeta y nuevas de la Corte de España desde el año 1600 en adelante. RAMHG. p. 307. ISBN 9788460078555. Consultado el 27 de septiembre de 2019. 
  4. Castilla convulsa, 1631-1652" (p. 77)
  5. Gelabert, Juan.E.: "Castilla convulsa, 1631-1652" (p. 78). Además, es de reseñar que para cuando se celebró, en San Jerónimo, la Jura de Baltasar Carlos, se optó por denominarlo sencillamente como "Príncipe destos Reinos", y no como Príncipe de Asturias, posiblemente como intento de homogeneizar la estructura de los antiguos reinos peninsulares, fin perseguido por el conde-duque de Olivares (Sampedro Escolar, José Luis: "La numeración de los Príncipes de Asturias", Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, Madrid, 2004).
  6. Para más información sobre este juramento consultese: "Convocación de las Cortes de Castilla y juramento del Príncipe, nuestro Señor D, Baltasar Carlos, primero de este nombre, año 1632" de Antonio Hurtado de Mendoza (1632).
  7. Tras la muerte del joven príncipe en 1646, Mariana de Austria se casó con el padre de este, el rey Felipe IV
  8. Maiso González, Jesús: "Baltasar Carlos y Zaragoza" (p. 2).
  9. Gómez de Blas, Juan: "Relacion del iuramento de los Fueros de Aragon, que hizo el Serenissimo Principe D. Baltsar Carlos, en la Iglesia Metropolitana de la Ciudad de Zaragoça, en veynte de Agosto, de 1645." Sevilla (1645)
  10. Maiso González, Jesús: "Baltasar Carlos y Zaragoza" (p. 4).
  11. Cortes del Reino de Valencia en Biblioteca virtual Miguel de Cervantes
  12. de Apraiz, Angel: "Vista de Pamplona. Pintura de un aurresku atribuida a Velázquez" (p. 2)
  13. "juramento que hizo el serenissimo principe don Baltasar Carlos, principe natural heredero deste Reyno de Navarra nuestro señor por su persona, en presencia del rey don Felipe sexto su padre nuestro señor, en la iglesia catedral de esta ciudad de Pamplona. Y el que en sus reales presencias prestaron a S.A. los Tres Estados deste Reyno estando junto en sus Cortes generales el año 1646." en "El corpus legislativo de Navarra en la etapa de los Austria (siglo XVI-XVII)" de Ostolaza Elizondo, María Isabel (pag. 35).
  14. Véanse los pormenores de la enfermedad y muerte de Baltasar Carlos en "Relación de la enfermedad del Príncipe Nuestro Señor, escrita por el Padre Fray Juan Martínez, confesor de Su Majestad, para el Doctor Andrés de Uztarroz" (Zaragoza, 1646)
  15. "Muerte de príncipe de España" (1646) en "Baltasar Carlos y Zaragoza" de Jesús Maiso González (pag.4)
  16. Maiso González, Jesús: "Baltasar Carlos y Zaragoza" (p. 5)
  17. A pesar de que muchos autores han pasado por alto este hecho, la infanta María Teresa se convirtió, hasta el nacimiento de los príncipes Felipe Próspero y posteriormente del futuro Carlos II, en la heredera universal de la Monarquía Hispánica, como bien indica Laura Oliván Santaliestra en su tesis "Mariana de Austria en la encrucijada política del siglo XVII" (Universidad Complutense de Madrid, 2006). No obstante, María Teresa, presunta heredera durante años, no fue jamás Princesa de Asturias, por no ser jurada como tal, pese a las peticiones que se hicieron a su padre por parte de los procuradores castellanos, lo cual se comprueba consultando las actas de las reuniones de las Cortes de la época así como de lo dicho por Barrionuevo en sus Avisos. El numerarla como Princesa de Asturias es un error del Padre Risco, quien escribió cien años después de los hechos narrados, cronista copiado unánimemente por los autores que han tratado sobre esta materia con posterioridad. El citado Padre Risco dice que la Infanta Doña María Teresa fue jurada en 1655, y, extrañamente, da toda clase de detalles acerca de una ceremonia que jamás tuvo lugar (Sampedro Escolar, José Luis: "La numeración de los Príncipes de Asturias", Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, Madrid, 2004 (pag.5).
  18. Carta de Felipe IV a sor María de Ágreda de octubre de 1646, tomada de "Crisis de la hegemonía española, siglo XVII" de Suárez Fernández, Luis, y Andrés Gallego, José
  19. "Mariana de Austria en la encrucijada política del siglo XVII" de Oliván Santaliestra, Laura (pag.43).
  20. Biblioteca Nacional de Madrid Mss. 11027 en "Mariana de Austria en la encrucijada política del siglo XVII" de Oliván Santaliestra, Laura (pag.45).
  21. de Apraiz, Angel: «Vista de Pamplona. Pintura de un aurresku atribuida a Velázquez» (pag.2)
  22. Díez de Revenga,Francisco Javier: "Saavedra Fajardo escritor actual y otros estudios"
  23. Edición facsímil en línea
  24. García Valdés, Celsa Carmen y Arellano Ayuso, Ignacio: El poema "Jura del Serenísimo Príncipe don Baltasar Carlos", de Quevedo
  25. A pesar de que Baltasar Carlos juró los fueros en 1646, el Reino de Navarra ya le había jurado como heredero en las Cortes de 1632. González Ollé, Fernando: "Biografía de José Sarabia, presunto autor de la Canción real a una mudanza"

Bibliografía

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Enlaces externos

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